Es temerario pensar que basta con publicar las actividades de responsabilidad social corporativa de las empresas. El objetivo a alcanzar es que los ciudadanos tengan el conocimiento necesario sobre ellas.
Con la minería espacial a las puertas, resurge el debate sobre la ética de nuestras acciones en la Tierra y más allá de ella. La Controversia de Valladolid sobre la expansión en América ofrece valiosas enseñanzas 474 años después.
Aquello que no se mide difícilmente se gestiona, de ahí la creación de un índice tridimensional que busca cuantificar el grado de cumplimiento del propósito de una empresa.
La actividad de las empresas tiene una dimensión social y medioambiental que ha de evaluarse. En España el Estado de Información No Financiera ya es obligatorio y busca estandarizar criterios.
El Departamento de Justicia estadounidense ha llevado a juicio a Google. Busca determinar si la tecnológica ha aprovechado su posición de dominio (90%) para impedir la entrada de otros competidores.
Carlos Rey, Universitat Internacional de Catalunya
La relación entre empresa y sociedad va más allá de los beneficios económicos. Para analizar el impacto de la actuación empresarial sobre su entorno, antes debe ser medida. Aquí, una propuesta de medición.
El trabajador debe ser considerado una pieza clave para alcanzar los objetivos empresariales y no un individuo que simplemente desarrolla una tarea y al que se le paga por ello.
Las instituciones europeas están desarrollando normas para que el compromiso ambiental y social de las corporaciones responda a exigencias legales y no se quede en meras declaraciones de buenas intenciones de dudoso cumplimiento.
Si las empresas tienen una deuda tácita con las sociedades a las que sirven, ¿qué pasa cuando rompen ese contrato al no tomar medidas para mitigar el cambio climático o al socavar el tejido social de un país?
La innovación social es una herramienta para que las empresas replanteen sus modelos de negocio y vayan más allá de la generación de beneficios, innovando para mejorar la sociedad.
Para que un modelo económico basado en empresas responsables tenga éxito, las empresas sostenibles deben conseguir una relación rentabilidad/riesgo atractiva para los inversores y eficiente en la asignación de los recursos.
La crisis de la covid-19 demanda a las empresas y las instituciones liderazgos consistentes, con un propósito claro y compartido, una estrategia coherente y una visión a largo plazo.
En un reciente estudio, la autora propone la creación de un equipo dedicado a reducir el número de consumidores vulnerables. Una estrategia para evitar el ‘social washing’.
Mientras que los resultados sociales son el efecto directo de una acción o proyecto, los impactos sociales se refieren a la transformación y mejora (a corto, medio y largo plazo) que se deriva de ellos.
La incorporación de los principios de impacto social, medioambiental y de gobierno (modelo ESG) a la estructura empresarial obliga a emplear nuevos métodos de gestión y de operaciones.
La orientación ética debería guiar cualquier avance científico y tecnológico, además de acompañar todo el proceso educativo. Dejemos de maltratar a la Ética y de recurrir a ella solo cuando ya es tarde.
Amazon, fundada por Jeff Bezos en 1994 para vender libros ‘online’, sigue creciendo y ha alterado por completo el comercio minorista. Muchos negocios (físicos y virtuales) han sucumbido a su arrolladora competencia.
El impulso a la inversión sostenible va a venir a través de las entidades reguladoras y las exigencias de los nuevos inversores. Los mileniales prefieren inversiones que se alineen con sus valores.
Profesora experta en Comunicación Organizacional y Coordinadora Académica del Máster en Comunicación Corporativa, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja