El icónico retrato de la actriz, que esta semana se ha convertido en la pintura del siglo XX más cara, no pertenece a esa época brillante y optimista que el arte pop podría sugerir a primera vista. De hecho, gran parte de la obra de Warhol trata sobre la muerte y la destrucción, y en eso se parece a la biografía de Marilyn Monroe.
El poder evocador de cualquier reproducción artística es fuente de nuevos conceptos creativos, porque permite cuestionar y debatir las bondades y los excesos de la sociedad de consumo de masas.