En la naturaleza sería imposible que un embrión de mamífero sin padre se desarrollara, pero diversas técnicas de laboratorio han permitido crear ratones sin padre.
Posiblemente ni las embarazadas ni la mayoría de sus ginecólogos sepan que las técnicas de diagnóstico prenatal son posibles, en última instancia, gracias a la herencia de nuestros antepasados reptilianos.
La disposición de los órganos en el interior del cuerpo sigue unas directrices muy concretas, pero existen condiciones por las que pueden acabar al revés, como al mirarnos en un espejo.