La lectura requiere práctica, y el hábito cae en picado entre los adolescentes a partir de secundaria. La falta de hábito lector existe incluso entre los estudiantes de Educación, futuros docentes.
La dualidad de la asignatura, que debe fomentar la lectura y la comprensión en los estudiantes y al mismo tiempo transmitir el patrimonio literario en español, plantea un reto fundamental.
Enrique Ferrari, UNIR - Universidad Internacional de La Rioja
La escritura no tiene un espacio propio en los currículos académicos. Pero muchos manuales y estudios muestran cómo se puede practicar y aprender en las aulas.
Entender lo que se lee de manera intuitiva es fácil para algunos alumnos y no tanto para otros. Enseñarles a hacerlo supone una serie de pasos explícitos y no solo hacerles series de preguntas.
Elegidos con cuidado, los cuentos interactivos que se disfrutan en una pantalla pueden ser una buena herramienta para desarrollar algunas destrezas de lectura en los niños más pequeños.
Leer correctamente, con agilidad y facilidad, no es lo mismo que entender y procesar lo que se lee. No se enseña de la misma manera, y es importante tenerlo en cuenta.
Cuanto más jóvenes somos, menos nos gusta leer instrucciones de cualquier tipo, incluidos los enunciados de exámenes. Una buena estrategia de lectura puede cambiarnos la vida.
La literatura infantil es extensa y muy variada, desde los textos clásicos que hoy resultan alejados de la realidad del niño hasta las creaciones educativas ad hoc con poco valor literario.
Una técnica que registra los movimientos de los ojos mientras leemos permite asomarse a los mecanismos de nuestro cerebro cuando se enfrenta a un desafío lingüístico.
Una mala competencia ortográfica va unida irremediablemente a una deficiente competencia de lectura y escritura en los ámbitos formales: entre ellos, los educativos.
Leer es un acto ‘no natural’ que nos obliga a transformar en un acto visual lo que normalmente es auditivo (el lenguaje). Una buena base se cimenta en cinco pilares.
Llevar con éxito los estudios a pesar de tener circunstancias familiares y del entorno cultural en contra es lo que se llama resiliencia educativa. En Europa en torno a un 23 % de los estudiantes de cuarto de primaria muestran un elevado grado de resiliencia educativa. En el caso de España, este porcentaje baja ligeramente a un 21 %.
Escuchar cuentos, historias o cualquier narración, ya sea leída por otras personas o mediante el uso del audiolibro, promueve la capacidad de comprensión lectora futura. El narrador del audiolibro se convierte en un modelo de “buen lector”. Sí, además, se intenta leer al mismo tiempo que se escucha, se puede ver incrementada la fluidez lectora.
Profesora Asociada del Departamento de Investigación y Psicología en Educación y Orientadora Educativa en la Consejería de Educación de Castilla-La Mancha, Universidad Complutense de Madrid