La expansión del espacio urbano debe responder a principios ecológicos, acotando el número máximo de viviendas según las infraestructuras y garantizando entornos sostenibles, saludables y de cohesión social.
Esta pandemia debería dar pie a la puesta en marcha y generalización de prácticas urbanas que hacen nuestras ciudades más sanas, más resilientes y más autosuficientes.
El cambio climático traerá consigo menos días de precipitación anual y más episodios de lluvias intensas, provocando periodos de sequías e inundaciones.
Si las ciudades quieren atraer inversión, deben convertirse en polo de atracción del talento joven, hacer de la ciudad un espacio para vivir, trabajar y divertirse.
El desarrollo de la movilidad en vehículos autónomos afectará a la propiedad privada de vehículos, al desarrollo de las infraestructuras de transporte público y al diseño de las ciudades.
Cualquier objeto o servicio al que se accede mal o no se comprende, difícilmente se le podrá calificar de inteligente. A las ciudades les ocurre lo mismo.