Las inquietantes imágenes de la semana pasada, en las que observamos cómo algunos ciudadanos escalaban el Capitolio y ocupaban las oficinas de sus representantes políticos, no eran solo aberraciones de un régimen que es saludable en otros aspectos, sino expresiones de una nación en declive.
La posibilidad de una destitución inmediata, como proponen los demócratas en la Cámara de Representantes, tendrá consecuencias no solo para la carrera política de Trump, sino para el futuro de ambos partidos.
Las imágenes del asedio al Capitolio han entrado con fuerza en los libros de Historia y suponen una pésima noticia, porque las democracias necesitan procedimientos y valores que están siendo cuestionados.
Ni el ‘impeachment’ ni la enmienda XXV (por incapacidad mental o física del presidente) parecen opciones viables para destituir a Trump antes del fin natural de su mandato el 20 de enero.
Donald Trump ha sido un presidente populista. Comprender las raíces del populismo en los EE.UU. y en otros lugares es esencial para hacer frente a su ascenso y su amenaza a la democracia.
Clayton Besaw, University of Central Florida dan Matthew Frank, University of Denver
Los partidarios de Trump irrumpieron en el Capitolio de los EE.UU. el 6 de enero, interrumpiendo la certificación de Joe Biden como presidente electo. Los autores, expertos en golpes de estado, explican que esta insurrección violenta no fue técnicamente un golpe.
Mientras Donald Trump seguía alimentando con falsas acusaciones su teoría de una elección “amañada”, la violencia en el Capitolio muestra que Estados Unidos se ha convertido en un estado frágil.
Estados Unidos se diferencia de la mayoría de las otras democracias en que no tiene una comisión electoral independiente para certificar el conteo final de votos.
Las relaciones económicas internacionales apuntan hacia una mejoría sustancial con el cambio de presidencia en Washington, las primeras vacunas y la liquidez de los mercados. No será inmediato. No será rápido. Pero será mejor que el año que ahora acaba.
Una de las sorpresas de las últimas elecciones en Estados Unidos ha sido el gran apoyo que recibió el presidente Trump, derrotado por la mínima a pesar de que casi todas las encuestas le vaticinaban un batacazo. ¿Cuál es la explicación?
La política exterior de Estados Unidos lidia con muchas contradicciones desde mucho antes de la presidencia de Trump. Y no será suficiente un cambio de presidencia para que dejen de existir.
Adrià Alsina Leal, Universitat de Vic – Universitat Central de Catalunya
Estas son las claves del movimiento tectónico que ha unido a trabajadores del metal, mujeres blancas conservadoras, afroamericanos, latinos y la televisión más conservadora de Estados Unidos para echar al presidente más polémico de la historia.
Las encuestas electorales deben profundizar en su mejora e innovación, con el fin de cumplir con su objetivo de radiografiar la sociedad y evitar que el trabajo científico que encierran sea cuestionado.
Cuando la historia se repite deviene farsa. Reparamos en el showman y obviamos las causas que mueven a su legión de seguidores. Conviene tener en cuenta los antecedentes históricos del fenómeno.
Si el presidente electo y la futura vicepresidenta quieren saldar con éxito su mandato tendrán que recuperar la convivencia de la sociedad estadounidense, tender puentes con China y superar el neoaislacionismo trumpista en temas trascendentales como la emergencia climática.
Donald Trump ha conseguido implantar su estilo y su acción política antisistema. Contra el establishment, las elites de Nueva York o San Francisco, la globalización, los recién llegados. Contra todo.
Investigador Científico. Grupo de investigación 'Ciencia, vida y sociedad'. Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Instituto de Filosofía (IFS-CSIC)