La supervivencia por cáncer sigue mejorando. Cada vez más pacientes conviven largos periodos de tiempo con esta patología. Y eso implica que sus familiares también. Los profesionales de la salud logran mejores resultados cuando brindan apoyo simultáneo a los pacientes y a sus familiares.
Si se diagnostica en sus etapas más precoces, la supervivencia del cáncer de colon alcanza un 91%. Sin embargo, apenas llega al 8% si el diagnóstico es tardío. La colonoscopia no es la única opción para detectarlo a tiempo.
Hay una pandemia actual de la que pocos hablan: la del virus del papiloma humano (VPH). Se estima que cada año se producen 600.000 nuevos casos de cáncer del cuello uterino por VPH y alrededor de 300.000 muertes.
Alicia L. Bruzos, Universidade de Santiago de Compostela and Jose Tubio, Universidade de Santiago de Compostela
Existen cánceres contagiosos que se dispersan mediante la transferencia entre individuos de células cancerosas vivas. Se han descrito para perros, almejas, mejillones y demonios de Tasmania. Está por ver si existen también en humanos.
La interacción entre las proteínas Ras, asociadas a la generación del cáncer, y las proteínas Sos se convierte en una nueva posible diana frente al cáncer.
La sangre puede albergar la información necesaria para ayudar al diagnóstico, tratamiento y seguimiento de una enfermedad tan importante como el cáncer.
La pandemia ha retrasado muchos procedimientos quirúrgicos, principalmente los que no ponían en peligro la vida del paciente. Esto ha tenido importantes consecuencias sanitarias y personales.
Los daños a la salud de la pandemia actual no se limitan a los contagiados y fallecidos por COVID-19. Atenderlos supone desatender otras necesidades sanitarias, como las de los pacientes con cáncer.
Se calcula que para 9 de cada 10 mujeres con cáncer de mama la vida sexual empeora. Aunque en los últimos años ha aumentado la supervivencia de las pacientes, no hay que descuidar su calidad de vida.
El coronavirus le ha echado un pulso a los enfermos oncológicos, con énfasis en los tratados con terapias avanzadas. Pese a las dificultades, la investigación avanza a pasos de gigante.
¿Por qué tras años aunando esfuerzos para frenar el cáncer seguimos sin encontrar la cura definitiva contra esta enfermedad? Para empezar, porque no es una sola enfermedad sino más de cien.
La musicoterapia no cura el cáncer, pero ayuda a que los pacientes superen la ansiedad que provoca la enfermedad. Los científicos han constatado la utilidad de esta técnica en el tratamiento.
Bióloga molecular y directora del Laboratorio de Oncología Traslacional del Centro Regional de Investigaciones Biomédicas, Universidad de Castilla-La Mancha
Catedrática de Nutrición. Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBERobn), Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Profesora en la Universidad del País Vasco. Investigadora del grupo Nutrición y Obesidad del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CiberObn) y del Instituto de Investigación Sanitaria Bioaraba, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Investigador senior del Cima de la Universidad de Navarra, miembro del Centro de Investigación en Red en Oncología (CIBERONC) y de Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA); decano de la Facultad de Ciencias, Universidad de Navarra
Jefe de Servicio de Anestesiología, Reanimación y Terapéutica del Dolor Hospital Clínico Universitario de Valencia. Profesor del Departamento de Cirugía. Universitat de Valencia. Director Cátedra del Dolor Fundación Vithas UFV., Universitat de València