J. Javier Meana, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea and Luis F. Callado, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
En los últimos meses han aparecido numerosas noticias en prensa relativas a la supuesta utilización de “éxtasis líquido” para cometer abusos sexuales, robos o asesinatos. ¿Cómo funciona esta sustancia?
Nadar no es sólo un ejercicio supercompleto a nivel físico: varias investigaciones demuestran que resulta idóneo para proteger y potenciar las capacidades de nuestro cerebro.
El cerebro cuenta con una estructura que hace de nodo, nexo crucial en el denso entramado de neuronas. Igual que los pasillos de un monasterio desembocan en un amplio patio, los senderos cerebrales confluyen en el claustro.
Segunda ola de calor del verano con temperaturas de hasta 44 ºC. ¿Cuáles son las consecuencias del calor extremo para nuestro cerebro? Lo de que se nos puede freír, ¿es real? ¿Y congelar con las bebidas frías?
La tecnología ha permitido que nuestra memoria de trabajo se relaje. No necesitamos recordar los números de teléfono de familiares y amigos. Y el ordenador a bordo del coche decide el trayecto más corto por nosotros. ¿Va en detrimento de nuestro cerebro?
La temperatura cerebral es mayor durante la mañana, decae a lo largo de la tarde y alcanza sus mínimos durante la noche. En su punto álgido puede llegar a registrar 42 grados. ¿Por qué?
Algunos algoritmos son capaces de determinar el sexo a partir de datos cerebrales con más de un 90% de precisión. ¿Significa esto que existen cerebros “masculinos” y cerebros “femeninos”?
Una técnica que registra los movimientos de los ojos mientras leemos permite asomarse a los mecanismos de nuestro cerebro cuando se enfrenta a un desafío lingüístico.
Dejar de beber no basta. Es cierto que los daños que ocasiona el alcohol sobre el cerebro revierten conforme avanza el tiempo sin consumirlo. Pero en la fase temprana de abstinencia, el daño cerebral empeora. ¿Por qué?
Los seres humanos evolucionamos en un entorno en el que la comida era escasa y había que esforzarse para conseguirla. Nada que ver con la situación actual, en la que todos tenemos a mano comida en abundancia. Eso no solo afecta a nuestro peso: también se resienten las funciones cognitivas.
Scarlett Johansson en una escena de Lucy (Luc Besson, 2014).
EuropaCorp / Universal Pictures
No se sabe muy bien de dónde salió este falso mito, uno de los más persistentes de la neurociencia. En realidad, lo utilizamos al 100%, aunque desconozcamos en buena medida cómo.
Escaner de microtomografia computerizada mostrando el cerebro de una abeja.
Imagen: J. Alba-Tercedor.
Necesitan dormir bien para recordar, procesan números y tienen pensamiento simbólico. El tamaño del cerebro de las abejas influye en sus capacidades, y puede ser la clave de su supervivencia.
¿Cómo son las neuronas que nos hacen ser más o menos competitivos en cada circunstancia? Los biólogos las han localizado. Y han concluido que nos esforzamos más o menos por triunfar en función del rango social de nuestros contrincantes.
Cuando hacemos ejercicio, los músculos liberan unas sustancias que informan al resto de los órganos de que la demanda energética está aumentando. Una de las consecuencias es que evitamos que el cerebro encoja como consecuencia natural de la edad.
La inteligencia media de las mujeres y los hombres es similar, pero ciertas aptitudes cognitivas difieren entre ambos sexos, así como sus rangos de variación en el cociente intelectual. ¿Por qué? La ciencia lo explica.
A pesar de su alta prevalencia en la población, la migraña todavía es difícil de curar. Hay tres motivos que explican por qué cuesta tanto encontrar un tratamiento.
Las terapias actuales contra el glioblastoma son efímeras barreras a la inevitable recaída tumoral. Por eso se están buscando fármacos que erradiquen completamente las células tumorales.
Cada 11 de abril se celebra el Día Mundial de la enfermedad de Parkinson, una enfermedad producida por la muerte de las neuronas que producen dopamina, conocida como la molécula de la felicidad.
La liberación de dopamina y oxitocina durante la escucha de música puede aumentar el sentimiento de sentirnos bien y facilitar la conexión con otras personas.
Doctor en Psicología Clínica. Director del Máster en Gerontología y Atención Centrada en la Persona (Universidad Internacional de Valencia), Universidad Internacional de Valencia
Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1ST., Universitat de Barcelona
Profesora del Departamento Psicología/ Psicología Básica. Grupo de investigación HUM-891 Investigación en Neurociencia Cognitiva, Universidad de Almería