Contrariamente al mito romántico de que los genios necesitan libertad y ausencia de presión, la experiencia muestra que establecer plazos o limitar recursos pueden aguzar el ingenio y la creatividad.
El margen de variación que se permite un intérprete ante una partitura es lo que define al genio. Observamos el ejemplo de Pau Casals y la Sarabande de la 5ª Suite para violonchelo de Bach.