Los atentados de 2001 reavivaron un género de suspense político abandonado. Entre 2005 y 2011, decenas de títulos exploran las tripas del poder en EE. UU.
El suspense puede presentarse como misterio a resolver, como preludio de un peligro que se materializa, o como el descubrimiento de un secreto. Hitchcock supo usar las tres formas en su clásico ‘Psicosis’.