A pesar de las medidas para limitar el consumo, las empresas tabaqueras siguen disfrutando de márgenes de explotación saludables y generosos dividendos.
Necesitamos una nueva cultura del agua y del territorio para prevenir las avenidas. Son evitables: la clave está en una gestión regional acorde a los ríos y los sistemas hidráulicos.
Una buena gestión de la epidemia debería haber anticipado medidas adecuadas y no debería bloquear la aplicación de la investigación. ¿Han sido los principios de precaución y proacción bien aplicados?