La tecnología de internet de las cosas contribuye a mejorar la gestión urbana y su sostenibilidad, por ejemplo, reduciendo el consumo de agua y optimizando la recogida y el transporte de residuos.
Diminutos y escurridizos para las plantas depuradoras. Muchos de ellos, nocivos para los ecosistemas. Así son los compuestos que están en la diana de innovadoras tecnologías de tratamiento del agua a gran escala.
Farah Nibbs, University of Maryland, Baltimore County
El agua está en todas partes, pero las reservas
son muy limitadas en muchas islas del Caribe. El aumento de la demanda y el cambio climático agravan la escasez de agua para sus habitantes.
La obsesión por producir más y más en el corto plazo mantiene al sistema agroalimentario en una dinámica que conduce al dominio de las grandes corporaciones y a una agricultura tecnificada y despegada del territorio y del estado de los recursos.
Los filtros verdes son una solución basada en la naturaleza en la que los árboles, el suelo y los microorganismos depuran el agua, y que puede ser especialmente útil en poblaciones pequeñas y aisladas.
Con motivo de la Semana Mundial del Agua, un evento organizado por el Instituto Internacional del Agua de Estocolmo, recordamos la urgente necesidad de gestionar este recurso de manera adecuada en un escenario de cambio climático que puede poner en riesgo la seguridad hídrica y alimentaria muchas poblaciones.
Sequías ha habido y habrá siempre, pero podemos evitar sus impactos más severos con planes de gestión, cuidando ríos, lagos y acuíferos y ajustando el consumo doméstico y de sectores como el agrícola.
Cada día tomamos decisiones sobre el agua sin tener en cuenta todo lo que ha pasado hasta llegar a nuestros grifos. Los recursos hídricos son críticos para el desarrollo social y económico incluso en regiones donde son relativamente abundantes.
En el pasado, se priorizó el desarrollo de infraestructuras, especialmente embalses. La llegada de la democracia y el ingreso en la Comunidad Europea pusieron el enfoque en el medio ambiente.
Del 22 al 24 de marzo de 2023 tendrá lugar en Nueva York la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua, la segunda de la historia. ¿Qué objetivo tiene y qué cuestiones se discutirán?
España en el primer país de Europa y cuarto en el mundo en capacidad instalada debido al desequilibrio entre la disponibilidad de recursos hídricos y la demanda en algunas zonas del territorio. Arabia Saudí encabeza el ‘ranking’ internacional.
Actualmente, solo se reutilizan un 2,4 % de las aguas residuales tratadas en Europa, mientras que la CE asegura que hay potencial para multiplicar su volumen por seis. Conseguirlo permitiría satisfacer la demanda de agua de manera más sostenible.
Los ríos temporales a menudo se perciben como entidades marginales que pueden interrumpirse con construcciones o contaminarse sin consecuencias. Pero estos cauces son una pieza fundamental del paisaje mediterráneo que debemos conservar.
Uno de cada cuatro litros que se emplean en el archipiélago balear corresponden al turismo. En los municipios más turísticos (con mayor número de plazas turísticas) el consumo de agua supera el 58%.
Onintze Parra Ipiña, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea and Roberto Aguado, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Los humedales artificiales permiten a las comunidades con menos recursos disponer de sistemas de saneamiento para no verter aguas residuales al entorno y para reutilizarlas en agricultura.
Muchos ríos mediterráneos desaparecen transitoriamente debido a la escasez de lluvias, pero otros mueren debido a la sobreexplotación de los acuíferos.
Estas estrategias tienen como objetivo mejorar la seguridad hídrica, mitigar los efectos del calentamiento global en los recursos hídricos y adaptar su gestión a sus impactos.
Recientemente se ha aprobado una nueva propuesta para ampliar los cultivos considerados regables en el entorno de Doñana. La medida perjudicará la conservación de los humedales del parque nacional, patrimonio de la humanidad.
Las reservas hídricas de los embalses se emplean para regar cultivos, suministrar agua potable y generar energía. Además, proporcionan servicios ecosistémicos y de ocio.