La inundación de zonas costeras altamente contaminadas, como la ría de Huelva, provocará la liberación de metales de los sedimentos al agua, donde aumenta su toxicidad.
El agua de los ríos Tinto y Odiel tiene un pH muy ácido y transporta muchos elementos tóxicos como arsénico, cadmio y plomo debido a los lixiviados de las minas de sulfuros.
La fabricación de estos productos utilizados para aumentar la producción agrícola genera fosfoyeso, un residuo contaminante que podría gestionarse para recuperar materias primas.