Cada año, aproximadamente un millón de personas fallece en el mundo por suicidio, lo cual supone aproximadamente una muerte cada 40 segundos. Los jóvenes que han sufrido abusos en la infancia y en la adolescencia tienen mayor riesgo de intento de suicidio.
La salud mental de nuestros adolescentes es una corresponsabilidad social. Debemos contribuir a reducir el sufrimiento y, con ello, los pensamientos y los intentos de suicidio.
La pandemia nos ha hecho pagar un importante peaje psíquico. Vivir confinados, inmersos en la incertidumbre, perdiendo seres queridos y trabajo, ha hecho flaquear la salud mental. Tanto hemos hablado de ella que parece que ha empezado a evidenciarse el peso que tiene.
La relación entre la depresión y la Navidad no es tan real como se pinta. Es más probable que este estado de ánimo se relacione con un Trastorno Afectivo Estacional y tenga que ver con la producción de determinadas hormonas.
Con casi cuatro mil fallecimientos en 2020 el suicidio fue la primera causa de muerte externa en España en 2020. Sepamos cómo detectar posibles tentativas de suicidio entre nuestros allegados con algunas señales evidentes.
La crisis sanitaria por covid-19 ha podido aumentar los factores de riesgo de suicidio en jóvenes. Para evitar posibles consecuencias, son necesarios más estudios al respecto.
El suicidio es la primera causa de muerte de las mujeres, en países desarrollados, durante el periodo perinatal, que comprende desde el embarazo hasta un año después del parto.
El suicidio es prevenible y es problema de todos. Informar acerca del mismo desde los medios de comunicación ejerce como factor de protección, pero debe hacerse adecuadamente.
En el Día Mundial para la Prevención del Suicidio hacemos un recorrido por unas cifras que son preocupantes. En los meses de pandemia ha aumentado el número de casos entre jóvenes.
El suicidio es la principal causa de muerte externa en los adultos pero no se habla de ello. ¿Por qué? Los expertos reclaman una ley nacional de prevención del suicidio para acabar con esta situación.
La frase tan repetida por los medios de comunicación de que informar sobre un suicidio aumenta el efecto imitación no es del todo real. Lo importante es cómo hablar de ese suicidio y no dar detalles escabrosos, especialmente cuando se habla de personas famosas. El tema es delicado, pero se puede informar sobre él teniendo en cuenta una serie de reglas.
Inestabilidad en las relaciones, ansiedad, impulsividad, agresividad incontrolada y conductas autolesivas. El TLP es una enfermedad difícil de diagnosticar y afecta a un 2 % de la población, pero tiene una esperanza de mejora.
En algún momento de sus vidas, el 20% de los individuos europeos han tenido deseos de muerte, el 9% alguna idea suicida, un 2% ha elaborado un plan para intentar suicidarse y el 3% lo ha intentado.
La cultura laboral japonesa impone jornadas excesivas, poco descanso, nulas vacaciones, que no incrementan la productividad y que convierte los suicidios y muertes laborales en algo cotidiano.
Tras la reciente muerte de la cantante de K-pop Goo Hara todas las miradas se han vuelto hacia este género musical que tanto impulsa la imagen del país asiático alrededor del mundo.
La depresión afecta aproximadamente a un 12 % de los mayores de 65 años y no es consecuencia del proceso de envejecimiento. Muy pocas personas reciben tratamiento farmacológico y eso podría acelerar la llegada de la demencia.
La cuestión de matarse a uno mismo no siempre es tan “voluntaria” como parece. Buenas campañas de prevención lograrían evitar muchos fallecimientos por esta causa.
Ciudad Juárez, en la frontera EEUU-México, ha sufrido altas tasas de homicidio por 12 años. Nuevos datos de suicidio revela que vivir con violencia crónica tiene graves impactos en la salud mental.
Investigadora del proyecto "Comunicación Científica y Divulgación en la Transferencia del Conocimiento en la Universidad", Universidad Complutense de Madrid