Una reforma del sistema de financiación autonómica que visibilice la responsabilidad fiscal de las comunidades y les permita disponer de los recursos necesarios para financiar sus políticas de gasto sería una mejora para el modelo territorial de España.
En 2022 los fondos de convergencia autonómica tuvieron el mayor presupuesto de su historia. Y aunque pretenden nivelar los ingresos de las autonomías, su aplicación también provoca diferencias entre regiones.
Para que los ciudadanos puedan seguir disfrutando de servicios públicos tan esenciales como la sanidad y la educación, el modelo de financiación autonómica debe ser, sobre todo, justo y solidario.
Comparar la carga impositiva entre comunidades permite ver las diferencias que forman parte del sistema autonómico, creado y avalado por la Constitución, y que son fruto de las decisiones de los propios gobiernos autonómicos.
En los países con amplia descentralización fiscal, y España es uno de los más avanzados en este sentido, resulta muy aconsejable que los ciudadanos sepan a qué administración pagan sus impuestos.