Más allá de su estado de forma, de sus rivales o de las lesiones que han sufrido, existen razones científicas que explican el poco éxito de los tenistas españoles en el abierto australiano.
Tanto en la categoría femenina como especialmente en la masculina los jugadores que están presentes en las rondas finales de los torneos más importantes del mundo superan los 30 años.