Durante las vacaciones se pueden dar situaciones de estrés o de poco disfrute. Evitarlas ayudará a nuestros sistemas parasimpáticos y el dopaminérgicos para maximizar el descanso.
Nos obsesionamos con desconectar completamente, con desaparecer, con viajar o cambiar de aires. Pero a veces, para dejar el estrés y descansar de verdad, basta con parar.
La investigación y el sentido común indican que en el periodo sin escuela conviene mantener horarios y rutinas saludables y dedicar el tiempo libre a actividades que aporten beneficios físicos y mentales.
Las vacaciones son fundamentales para recuperarse del esfuerzo durante el curso, pero el regreso no siempre es suave y feliz. Podemos ayudar tomando medidas incluso a pocas semanas de comenzar.
La vida real es el mejor escenario para aplicar y afianzar lo aprendido durante el curso. Las vacaciones, bien planeadas, son el mejor momento. Y sin dejar de divertirse.
El verano es para aprovechar el tiempo de ocio y para formar a los más pequeños en habilidades que normalmente no cultivan. También para hacer algunas actividades de repaso escolar, pero con mesura.