El mundo de las relaciones adolescentes a menudo resulta, desde fuera, complejo y tumultuoso. Un estudio pionero y reciente en España muestra que en realidad son muy parecidas a las adultas.
La amistad no es útil o necesaria, es voluntaria y libre. Las emociones que despiertan los amigos son puramente humanas y distintas a las emociones de otras relaciones como las filiales o familiares.
Una investigación muestra que los individuos perciben menos el riesgo de infección por covid-19 y adoptan menos conductas de protección de la salud cuando asocian el riesgo con amigos cercanos, un fenómeno denominado “efecto amigo-escudo”.
Desde marzo de 2020, miles de millones de personas en el planeta hemos limitado nuestros contactos y actividad social, en un esfuerzo mundial para intentar contener la progresión del coronavirus. Los que más han notado el aislamiento han sido los de la franja de edad de 40-59 años.
Kevin Diter, École des hautes études en santé publique (EHESP)
Al igual que los adultos, los niños están lejos de ser democráticos en lo que respecta a las amistades y son muy sensibles a los juicios de quienes les rodean.
Las redes sociales penalizan la exposición de las dificultades durante la adolescencia. Actualmente desempeñan un importante papel en las relaciones familiares, amorosas y de amistad durante esta etapa, dificultándolas.
Coincidiendo con el Día Internacional de la Amistad, que se celebra cada 30 de julio, nos preguntamos si es posible vivir sin amigos. La respuesta, según los científicos, es que no. Sin embargo, hay que saber buscar a los amigos de calidad.
Renunciar a ver a los amigos durante el confinamiento no ha sido fácil. Relacionarnos con ellos estimula la producción de endorfinas y de dopamina, ambas generadoras de sensaciones placenteras.
Profesor e investigador de la Sección de Genética Biomédica, Evolutiva y del Desarrollo. Director de la Cátedra de Neuroeducación UB-EDU1st, Universitat de Barcelona