La digestión del ganado, el estiércol y el uso de fertilizantes químicos y abono son fuentes de gases de efecto invernadero. Tanto desde la UE como a nivel nacional en España se promueven medidas para disminuirlos.
La influencia de las grandes compañías internacionales traspasa fronteras y las decisiones de mitigación del cambio climático que se toman desde la matriz tienen el potencial de afectar a distintas partes del mundo. ¿Son sus objetivos de reducción de emisiones lo suficientemente ambiciosos?
La acción climática de los países no concuerda con su responsabilidad climática, que depende de su volumen de emisiones históricas, ni a su verdadera capacidad para avanzar hacia sociedades sostenibles.
La opción más viable a medio plazo para descarbonizar el sector de la aviación son los combustibles líquidos sostenibles. La UE exige que se implanten de manera progresiva, pero primero debe aumentar su producción.
La fabricación de cemento fue responsable del 27 % de las emisiones industriales de gases de efecto invernadero en 2020. Sustituir el coque de petróleo empleado en los hornos por hidrógeno renovable es una de las estrategias para reducirlas.
Un reciente estudio sugiere que los objetivos climáticos nacionales actuales podrían bastar para estabilizar el calentamiento global en 1,7-1,8°C en este siglo. Pero hay que acelerar las medidas de mitigación.
En este artículo publicado originalmente en la revista Telos de Fundación Telefónica, el autor analiza los tratados y medidas más importantes dirigidos a reducir emisiones y desgrana los fallos que han demostrado en la práctica.
La pandemia nos ha demostrado que se necesitan cambios radicales para avanzar hacia un modelo de turismo más sostenible. Las autoras han identificado medidas fundamentales como reducir la distancia y el número de viajes realizados.
Iman Rahimzadeh Kivi, Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA - CSIC) and Víctor Vilarrasa Riaño, Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA - CSIC - UIB)
Uno de los principales temores sobre las tecnologías de eliminación de dióxido de carbono es que haya fugas. Los autores han comprobado que no tienen por qué producirse si se elige el emplazamiento adecuado.
Si bien se ha alcanzado un acuerdo para financiar los daños y pérdidas derivados del cambio climático, los países siguen divergiendo en muchas cuestiones como qué aportación debe hacer cada estado o quiénes recibirán el dinero.
Los temas más importantes de la COP27 tienen que ver con la financiación de los países con bajos ingresos afectados por el cambio climático. Una antigua directiva del Banco Mundial describe algunos signos prometedores que ha empezado a ver.
Con los niveles actuales de emisiones, hay un 50 % de posibilidades de que el planeta alcance el 1,5 °C de aumento de la temperatura media global en sólo nueve años.
Si los gobiernos no establecen una planificación y medidas concretas de reducción de emisiones y de adaptación, el cambio climático seguirá ganándonos terreno.
Las tecnologías de captura directa del aire atrapan el dióxido de carbono mediante filtros, membranas o sustancias líquidas. Este tipo de soluciones son necesarias para alcanzar los objetivos de reducción de emisiones.
No hacer una transición adecuada hacia la neutralidad climática implica riesgos regulatorios, reputacionales y de supervivencia para las empresas, y mayores riesgos climáticos (el aumento de la temperatura del planeta y del nivel del mar, entre otros).
Europa debe aplicar medidas de ahorro y eficiencia energética, instalar electrolineras y acelerar el despliegue de las renovables facilitando los trámites y apostando por la repotenciación de las plantas existentes.
Las acciones van desde la expansión de las renovables hasta la captura de emisiones, pasando por la aplicación de medidas de ahorro energético y de consumo en las que los ciudadanos tenemos un papel fundamental.
Subproductos y residuos generados por el sector agropecuario, la silvicultura y la industria papelera pueden ser utilizados para fabricar biocombustibles para los aviones.
Profesor del Departamento de Ingeniería Química Industrial y del Medio Ambiente. Miembro del Grupo de Tecnologías Ambientales y Recursos Industriales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)
Profesor e investigador en el Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Ambientales, Universidad Politécnica de Madrid (UPM)