Si algo “entra en el examen”, automáticamente se le dedica más atención. La medida de penalizar por faltas puede ser positiva, pero exige enseñar y aprender a escribir bien desde primaria.
Durante los siglos XVI y XVII, algunas personas advirtieron de los peligros de enseñar a escribir a las mujeres, porque podrían ponerse en contacto con otras personas sin que lo supieran sus padres o su marido.
Hay que leer, pero también saber leer. Y leer de todo para habituarnos a entender cualquier texto. Hay que leer para evitar cometer faltas de ortografía. Escribir con corrección asegura una claridad de ideas necesaria para cualquier acto comunicativo.
Profesora adjunta de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales, Departamento de Traducción e Interpretación y Comunicación Multilingüe, Universidad Pontificia Comillas
Investigadora Postdoctoral Juan de la Cierva en el Departamento de Psicología Experimental, Procesos Cognitivos y Logopedia, Universidad Complutense de Madrid