La distribución de la fauna marina, su comportamiento o su cambio de hábitos podrían monitorizarse de forma no invasiva desde el cielo, con útiles aportaciones para la protección de especies.
El buceo con escafandra depara una experiencia de inmersión absoluta en el medio marino. Según algunas investigaciones, podría aumentar el bienestar psicológico, especialmente en enfermos o personas con discapacidad.
La concentración de sal en los océanos afecta a la densidad del agua y juega un papel clave en las corrientes oceánicas críticas, como en el temible colapso de la AMOC.
¿Qué pasaría si animales que creíamos de la misma especie tuvieran genomas diferentes según el lugar que habiten? Serían, en realidad, especies distintas y las cuentas de la biodiversidad del planeta se multiplicarían.
El olor del mar no es subjetivo, como tampoco lo es que un perfume huela distinto en cada persona. Los principales responsables son derivados del azufre que las olas dispersan en el aire.
Una de las partes más sensibles a las altas temperaturas es el cerebro, pero el verano también trae muchos beneficios para nuestro órgano pensante de la mano de la serotonina y la vitamina D… y el mar.
Para ocuparnos del mar en el siglo XXI contamos con el desarrollo tecnológico marino unido al uso de los gemelos digitales y la inteligencia artificial.
El microscópico arpón de las medusas se extiende por sus tentáculos. Envuelve células urticantes que emplean para defenderse de atacantes o para cazar a las presas que les sirven de alimento.
Los suaves vientos que se forman por la diferencia de temperatura entre el mar y la tierra moderan el calor y condicionan aspectos de la vida en el litoral, como el turismo, la construcción de aerogeneradores o el aterrizaje y despegue de los aviones.
La marea roja y un brote de algas verdeazuladas están contaminando cientos de kilómetros de la costa de Florida, matando peces y impactando el turismo. ¿Qué impulsa este desastre medioambiental?