Estudiar las marismas mareales durante 35 años ha permitido a un equipo de investigadores describir la formación y evolución de estos ecosistemas con gran potencial para capturar carbono.
Si la recuperación del ecosistema previo a la explotación minera se reduce a reconstruir una vegetación que nada tiene que ver con la original, proporcionará menos servicios y se perderán especies.
Las ventajas evolutivas no se dan juntas: las plantas que crecen más rápido son más sensibles al estrés y viceversa. La ingeniería genética permite crear ejemplares que combinan ambas características.
Parque Nacional Ordesa y Monte Perdido.
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La nueva estrategia de biodiversidad de la Unión Europea incluye la plantación de 3 000 millones de árboles para conservar y restaurar los ecosistemas.
Pueblo abandonado y resilvestrado en el Pirineo oscense.
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