La autolesión no suicida aumenta entre jóvenes de 12 a 25 años. Afecta a personas con y sin problemas de salud mental, pero es más común en aquellas con trastornos psicológicos. La regulación emocional deficiente y situaciones como el ‘bullying’ están asociadas a este problema.
Tras el trauma de un intento de suicidio hay factores psicológicos que se pueden potenciar para prevenir nuevos intentos. Un nuevo test de cribado permite predecir las probabilidades de reintento.
Inestabilidad en las relaciones, ansiedad, impulsividad, agresividad incontrolada y conductas autolesivas. El TLP es una enfermedad difícil de diagnosticar y afecta a un 2 % de la población, pero tiene una esperanza de mejora.
Ph.D. Enfermera de salud mental de Asociación de Salud Mental Horta Guinardó. Profesora asociada en departamento de enfermería de salud pública, salud mental y materno infantil de la Universidad de Barcelona, Universitat de Barcelona