En 2020, y a causa de la pandemia, la inestabilidad, el miedo, la pérdida de confianza y la incertidumbre trajeron la parálisis económica a nivel mundial. El reto está en recuperar lo perdido.
Las empresas trabajan más la resiliencia operativa que la estratégica, aunque esta propone un enfoque de conjunto y de largo plazo. En cambio, la resiliencia operativa se enfoca en resolver problemas concretos.