La producción de verduras en sistemas verticales ofrece una solución sostenible para aumentar la producción de alimentos en un mundo cada vez más saturado de cultivos, más poblado y más cálido.
Desde el desmoronamiento de la URSS, Ucrania y Rusia se han convertido en grandes exportadores. El principal destino de su trigo no es Europa sino los países de África y Asia.
La crisis evidencia la insostenibilidad del sistema agroalimentario europeo. Una de las principales soluciones debe centrarse en fomentar la producción y el consumo locales.