Se trata de un desgarro del revestimiento más interno de la aorta, una enfermedad poco común, que afecta sólo a tres o cuatro personas por cada 100 000.
Sin el colesterol estaríamos muertos, porque juega un papel decisivo en la ejecución de funciones vitales en el organismo. Y, pese a eso, nuestro médico se empeña en que bajemos la colesterolemia. ¿Por qué?
Nada menos que el 54% de los adultos españoles presenta obesidad o sobrepeso. Con el agravante de que los que más sufren son sus vasos sanguíneos, que acaban siendo víctimas de enfermedad cardiovascular, primera causa de muerte en el mundo.
El glicocálix, un ángel de la guarda dentro de cada uno de nosotros. Un órgano todavía desconocido para la mayoría pero sin el cual no podríamos vivir.