Existe un riesgo importante en el deterioro de la salud mental de las personas que enviudan, especialmente en los primeros años posteriores a sufrir la pérdida de su pareja.
No todas las viudas fueron empresarias a la sombra; muchas adoptaron un rol pasivo, acompañando a sus descendientes pero sin poder de decisión, o incluso delegando formalmente la gestión empresarial.
Enviudar siempre es doloroso para quien lo vive, pero tal vez más en estos tiempos. Las mujeres suelen ser las más perjudicadas, no solo emocionalmente, también económicamente. Además, una viudedad puede agravar el estado de salud de quien la sufre y llevarle incluso a la muerte.
Catedrática de Historia e Instituciones Económicas (Actualmente también Investigadora Visitante en el IDEGA-Univ. Santiago de Compostela, Programa para la Recualificación del Sistema Universitario Español 2023-2024), Universidad de Murcia