Mientras Unamuno clamaba “que invente ellos”, Ramón y Cajal descubrió para el mundo cómo funciona el cerebro. Es, posiblemente, la figura más destacada del siglo XX español con el menos reconocimiento público. Este fue Cajal en su tiempo.
De las lunas de Galileo a las imágenes del James Webb, estos son solo algunos ejemplos de que la imagen, el dibujo y la fotografía son inseparables del avance del conocimiento científico.
De izquierda a derecha, Carmen Serra (hermana de Manuela Serra), José María Villaverde, Santiago Ramón y Cajal, Fernando de Castro y Enriqueta Lewy. Fotografía publicada en ‘Cajal y la Escuela Neurológica Española’, de Fernando de Castro. Editorial Complutense.
Archivo científico Fernando de Castro, Madrid.
Laura De las Heras García, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Celtia Domínguez Fernández, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Cristina Miguelez, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea, and Jone Razquin, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Poco reconocidas, las colaboradoras y discípulas del neurocientífico español tuvieron el mérito añadido de abrirse camino en un ámbito dominado por hombres, donde ni siquiera se les permitía cursar estudios universitarios libremente.
Santiago Ramón y Cajal ante el microscopio en su laboratorio particular en 1930.
BNE -Biblioteca Digital Hispánica
Un país que olvida a sus científicos más excepcionales difícilmente parirá más, condenándose a sí mismo.
Cajal, en el centro, junto a algunos de sus más destacados discípulos y colaboradores (la preparadora Carmen Serra, el neuropsiquiatra José María Villaverde, el médico Fernando De Castro y la bibliotecaria Kety Levi) en el Instituto Cajal (ca. 1926).
Archivo Fernando de Castro
El histólogo español es famoso por sus estudios sobre el sistema nervioso, que le valieron un Premio Nobel. Sin embargo, también mostró interés por otros temas.