Educar en igualdad va mucho más allá de los mensajes explícitos y de la coeducación formal: niños y niñas deben aprender a relacionarse con igualdad, a ser críticos y a respetarse.
La única manera de avanzar en igualdad es educar en feminismo: conocer la historia de la lucha de las mujeres contra la discriminación por razón de sexo y entender que no busca la supremacía de la mujer frente al hombre.
Incluso aunque los cerebros de hombres y mujeres fueran diferentes biológicamente, coeducar contribuye a que las diferencias no se conviertan en desigualdades.