A pesar de que sus nombres denoten los primeros lugares donde se aislaron, hoy en día ambos virus circulan en España y no necesitan nuevas introducciones desde otros territorios para producir nuevos brotes.
Las vacunas son una forma sostenible y eficaz de controlar las poblaciones de este ectoparásito, que es el segundo mayor vector de enfermedades transmitidas de animales a humanos. Muchas de ellas, graves.
Si nos muerde una garrapata, existe el riesgo de que contraigamos fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, una enfermedad con tasas de letalidad que llegan al 30 % en España. Al transitar por espacios naturales y zonas de abundante vegetación, toda precaución es poca.
El 13 de febrero, Guinea Ecuatorial confirmó el primer brote de la enfermedad del virus de Marburgo en su historia. Y en España se ha activado el protocolo de actuación ante un caso sospechoso, el de un hombre que viajó a Guinea.
Cuando escuchamos hablar de fiebres hemorrágicas virales solemos pensar en África y en virus como el ébola. Pero en España convivimos desde hace tiempo con el virus de la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo, que produce muerte en el 30% de los casos.
Con la pandemia de COVID-19, la población ha tomado conciencia de la relación que existe entre la presencia de determinados microorganismos en animales y la aparición de enfermedades en humanos.
El pasado 13 de agosto se conoció un nuevo caso mortal de fiebre hemorrágica de Crimea Congo en España. El paciente murió antes de dar con el diagnóstico. ¿Hay motivos para preocuparse?