El debate sobre la resurrección digital genera interrogantes éticas y filosóficas sobre la identidad, el duelo y el consentimiento. Esta práctica, aunque busca consuelo, plantea dilemas sobre la explotación emocional y la interferencia en el proceso natural del duelo.
En 1982 un tribunal francés dictaminó que la voz es un atributo más de la personalidad de Maria Callas, lo que se hace extensible al resto de personas.
Nuevas herramientas de inteligencia artifical permiten reproducir una voz en diversos idiomas, lo que puede llevar a que cibercriminales suplanten la identidad a través de llamadas falsas. Así podemos protegernos.