El Código de las Familias, que se aprobó en Cuba el pasado mes de septiembre, permite el matrimonio igualitario. Más de 100 parejas se han casado ya. Parece que la isla intenta quitarse el lastre homófobo que comenzó poco después del triunfo de la revolución castrista.
Cuba no ha legalizado el matrimonio gay, como esperaban los activistas LGBT. Pero sí criminaliza la discriminación de género, autoriza la propiedad privada y garantiza servicios de salud reproductiva.
Cuba es un país laico. Pero frente a una nueva Constitución que permitiría el matrimonio gay, las iglesias han salido con fuerza a oponerse, otra señal de cambio en la isla comunista.