Algunas de las grandes empresas digitales no solo fomentan la prostitución en línea y no protegen a las mujeres, también ingresan grandes cantidades de dinero gracias a las webs porno femeninas.
La misoginia del refranero español no es exclusiva de nuestra lengua, como demuestran estudios en otros idiomas. El lenguaje en sí no es sexista, pero refleja y reitera patrones culturales de desigualdad.
Un estudio internacional auspiciado por la UNESCO acaba de revelar que tres de cada cuatro mujeres periodistas han sufrido acoso en el entorno digital por su trabajo y en un 20% de casos ese hostigamiento se ha traducido en violencia física.
Global Director of Research, International Center for Journalists (ICFJ) and Research Associate, Reuters Institute for the Study of Journalism (RISJ), University of Oxford