Es imprescindible realizar estudios que analicen los terremotos ocurridos en el pasado, las fallas y el terreno para estimar el riesgo y, a partir de ellos, construir los edificios con medidas de resistencia sísmica.
Cuando chocan dos continentes ocurre un cataclismo. La colisión continental mejor preservada en la Tierra hasta hoy tuvo como resultado la cordillera del Himalaya. En ese evento de ruptura y transformación, el magma del manto asciende, y hace que los continentes crezcan.
Para terremotos recientes medimos el tamaño de un sismo con la magnitud (medida instrumental) y la intensidad (basada en daños). Un terremoto debería tener un único valor de magnitud, pero puede sentirse con diferente intensidad (fuerza) en diferentes puntos.
El límite entre las placas tectónicas de la región marca la existencia de zonas de alto riesgo sísmico que ya han registrado movimientos de gran magnitud en el pasado, como los ocurridos en Lorca (España), Orán (Argelia) y Fez (Marruecos).
Los geólogos conocen bien las fallas que van a producir seísmos importantes, pero no pueden determinar cuándo. Se trata de fenómenos dinámicos caóticos y, por lo tanto, muy difíciles de predecir.
El Océano Atlántico sigue creciendo físicamente, pero los humanos estamos sobreexplotando sus ricas pesquerías. La especie más famosa -el bacalao del Atlántico Norte- se ha convertido en un ejemplo de libro de sobrepesca perjudicial.
Pablo J. González, Instituto de Productos Naturales y Agrobiología (IPNA-CSIC)
Mejores y más completas medidas de la deformación de la superficie terrestre nos permitirán mejorar los mapas de peligrosidad sísmica, o el pronóstico de futuras erupciones volcánicas
El planeta vecino es caliente y ácido, y su superficie está oculta por gruesas nubes de ácido sulfúrico. Quizá por estas dificultades, no se ha beneficiado de la atención que han recibido Marte y la Luna. Pero Venus puede ofrecer información sobre el futuro de la Tierra.
Se cree que el siguiente supercontinente se formará en 200/250 millones de años, por lo que actualmente nos encontramos en el ecuador de la fase de dispersión del actual ciclo de formación. La pregunta es, ¿cómo será este proceso y cómo afectará a nuestro planeta?