El exceso de luz y ruido nocturnos propio de las ciudades hace que durmamos menos y, como consecuencia, empeora nuestra salud. He aquí algunas de las medidas que los ayuntamientos deberían tomar para evitarlo, como evitar la limpieza de las calles en horario nocturno.
¿Qué criterios debemos tener en cuenta al elegir colchón? ¿Y almohada? ¿Qué actividades hay que evitar antes de ir a la cama para asegurarnos un buen descanso? ¿La siesta puede interferir en el sueño nocturno?
Que el Diccionario de la Lengua Española defina lunático como aquel que “padece locura, no continua, sino por intervalos” refleja la arraigada creencia de que la luna llena puede perturbar el comportamiento humano. ¿Hay algo de cierto?
El momento de irse a dormir puede ser turbulento y difícil para quienes se sienten invadidos por pensamientos intrusivos antes de acostarse. ¿Por qué sucede esto? ¿Cómo podemos modularlo?
El cortisol es un aliado en nuestro cuerpo. Nos ayuda a reaccionar frente a un peligro. Sin embargo, los períodos prolongados de estrés pueden aumentar los niveles de esta sustancia y perjudicarnos.
Sueños más intensos, más vívidos, y que se recuerdan mejor… El confinamiento parece haber perturbado también nuestros mundos oníricos. Y no es sólo una impresión.
Que el coronavirus SARS-CoV-2 haya irrumpido en nuestras vidas como lo ha hecho, obligándonos a confinarnos, provoca que las rutinas diarias se diluyan. Y eso afecta a la calidad y duración del sueño.
La pérdida de olfato, las alteraciones del sueño, los desarreglos intestinales y los estados depresivos podrían ser avisos tempranos de este trastorno.
Doctor en Psicología Clínica. Director del Máster en Gerontología y Atención Centrada en la Persona (Universidad Internacional de Valencia), Universidad Internacional de Valencia