Micrografía electrónica de barrido coloreada de una célula infectada con una cepa variante del virus SARS-CoV-2 (21 de diciembre de 2021).
NIAID / Flickr
Que la variante ómicron aparentemente cause síntomas más leves que sus predecesoras podría estar conduciendo a una trivialización de la enfermedad. Todo el mundo parece resignado a que, antes o después, se contagiará. ¿Es un error?
La llegada del invierno y las bajas temperaturas favorecen la proliferación de los resfriados. ¿Por qué? Porque la respuesta inmune es peor, porque pasamos más tiempo en espacios cerrados y por el uso de la calefacción.
Las medidas higiénicas implantadas para la prevención de la covid-19 supusieron la práctica ausencia de las enfermedades respiratorias más frecuentes entre los niños, aunque no todas, durante el último año. ¿Qué pasará este invierno?
Estar vacunados no impide que nos infectemos con el virus, pero sí evita la forma grave de la enfermedad. Ahora también sabemos que frena la transmisión del coronavirus, incluso con la variante delta.
Año y medio de pandemia, varios tipos de vacunas desarrolladas con eficacia y seguridad… Y, pese a todo, siguen muriendo personas, porque aún no hemos frenado la transmisión.
Nuestro país ha sido uno de los principales contribuidores de secuencias genéticas de SARS-CoV-2 del mundo, en especial al inicio de la pandemia. Entre otras cosas, esta visión genómica de la pandemia nos enseña que cada vez que el virus se transmite tiene una nueva oportunidad.
Venta ambulante en las calles de Wuhan (China), en una fotografía tomada en noviembre de 2019.
Shutterstock / Tadeusz Mogielnicki
Ahora que tenemos vacunas contra la covid-19 empezamos a prestar más atención a otros aspectos, como el tratar de poner fecha al primer caso. En esta tarea los modelos matemáticos pueden ayudarnos.
A medida que nos acercamos a la fecha anunciada por el presidente del Gobierno para “desenmascarar” el país (en exteriores), crece la confusión y la controversia. Pero las mascarillas al aire libre, siempre que se pueda mantener la distancia de seguridad, son claramente innecesarias.
Un nuevo estudio ha demostrado que las mascarillas multicapa, independientemente del material de fabricación, pueden ser eficaces en la prevención del contagio de Covid-19.
Escuchamos hablar de la inmunidad de grupo como el fin de nuestros problemas y de las restricciones pandémicas. Como una especie de protección mágica que nos librará del virus a todos. Pero, ¿sabemos realmente qué es y cómo funciona?
¿Por qué se ha de usar mascarilla en la playa mientras una está sola en una toalla tomando el sol y, sin embargo, puedo retirarla si como en un restaurante con dos amigos?
Las medidas destinadas a frenar la expansión de la covid-19 redujeron el contagio de enfermedades infecciosas que suelen afectar a los niños, como la bronquiolitis. Pero también han tenido un impacto negativo sobre el bienestar de los más pequeños.
Señores mayores tomando el aire en una plaza de Jaén.
Shutterstock / agsaz
La respuesta es simple: no lo sabemos. Estamos en una carrera de velocidad entre la vacunación y un posible repunte. Y el resultado es incierto. Ahora el mayor riesgo es que los mayores contagien a los jóvenes.
La Covid-19 se transmite principalmente por el aire y no tanto por las superficies, como se decía en un principio. Por tanto, las medidas prioritarias son buen ajuste de mascarillas, vida en el exterior y ventilación continua, eficiente y controlada en interiores.
Existen paralelismos entre el proceso de transmisión de la covid-19 y el de implantación de una innovación (con la ayuda de los departamentos de marketing de las empresas).
El autor apuesta por inundar el mercado con autotest de antígenos, hacer muchos y muy frecuentemente. Que se vendan en cualquier lugar, como ya ocurre en otros países, y que los podamos hacer de manera frecuente.
Desde el inicio de la pandemia de la COVID-19 se ha puesto el foco sobre la población más joven como posible agente de mayor transmisión del virus. Pero no parece justo culpar a toda una generación por el avance de la pandemia.
Desde hace casi un año vivimos de medidas de control que nos causan “fatiga pandémica”, y a todos nos gustaría disponer de soluciones y atajos para “volver a la normalidad”. Pero los test de antígenos no son la solución.
Se puede hacer un gran titular sobre el coronavirus basándonos en un único resultado publicado por personas de ciencia en revistas de ciencia. Pero ojo, porque como mínimo hay que contrastar y validar los resultados.
Mientras dure la pandemia conviene realizar higiene de manos con gel hidroalcohólico cada vez que tocamos superficies que puedan estar contaminadas. Usando agua y jabón previamente si están sucias.
Catedrático de Genética. Responsable Unidad Mixta de Investigación "Infección y Salud Pública" FISABIO-Universitat de València I2SysBio. CIBER Epidemiología y Salud Publica, Universitat de València
Investigadora predoctoral en Unidad de Genómica de Tuberculosis (IBV-CSIC) y en Unidad mixta Infección y Salud Pública (FISABIO-UV), Universitat de València