La composición nutricional de pescados como el bonito y la sardina, que pueden ser capturados con un bajo impacto ambiental, ha demostrado tener beneficios, por ejemplo, para reducir el síndrome metabólico.
Además de ser muy beneficioso para salud, este pescado azul es uno de los alimentos con menor huella de carbono cuando se captura mediante cerco o ‘xeito’, una técnica gallega.
Las poblaciones de algunas especies marinas de interés comercial están disminuyendo. Controlar la pesca y establecer zonas de protección y refugios climáticos son medidas esenciales para evitar mayores declives.