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Retrato de Barbara Strozzi pintado por Bernardo Strozzi alrededor de 1630.
Retrato de Barbara Strozzi pintado por Bernardo Strozzi alrededor de 1630. Gemäldegalerie Alte Meister

El legado de Barbara Strozzi, compositora e intérprete veneciana, cuatro siglos después

En la Venecia del siglo XVII las mujeres tenían acceso limitado a la educación formal y a la instrucción musical. La interpretación y la composición estaban dominadas por hombres, y que ellas participasen de forma activa en el escenario musical era inusual.

Pero una mujer desafió esta norma al destacar como cantante y como compositora, superando la resistencia y la desaprobación social asociada con aquellas que buscaban una carrera musical.

Barbara Strozzi nació el 6 de agosto de 1619 en la ciudad italiana, donde consiguió erigirse como una destacada compositora y cantante del período barroco. Su infancia y formación están envueltas en cierto misterio, y su vida temprana estuvo marcada por circunstancias peculiares. Barbara era hija ilegítima de Giulio Strozzi, un poeta y libretista veneciano que, en lugar de ocultar su origen, la reconoció y la educó junto a sus tres hijos legítimos.

Giulio Strozzi desafió así las convenciones sociales al proporcionarle a Barbara una formación sólida y alentadora. Le brindó acceso a la biblioteca de la familia y le permitió participar en el mundo cultural y artístico que florecía en Venecia durante el siglo XVII. La ciudad era un centro crucial para la música barroca, y Barbara Strozzi tuvo la oportunidad, desde niña, de absorber la rica tradición musical que la rodeaba.

Su educación musical se vio fortalecida por la tutela del compositor Francesco Cavalli, un influyente músico de la época. Cavalli trabajaba en San Marcos, la famosa basílica de Venecia, desde donde brindó a Barbara instrucción formal en composición y canto. Este apoyo fue fundamental para su desarrollo artístico y la consolidación de sus habilidades musicales.

Un aspecto distintivo

Con esta excelente formación, Barbara Strozzi emergió como una talentosa cantante y compositora, destacándose por sus habilidades excepcionales. Su música, en su mayoría vocal, abarcaba una variedad de géneros, desde arias líricas hasta madrigales y cantatas. Sus composiciones se caracterizan por su expresividad, originalidad y complejidad técnica y evidencian su maestría en el manejo de la forma musical y su gran capacidad para explorar las emociones.

Como soprano, ella misma interpretó muchas de sus composiciones, lo que añadió una dimensión única a su obra. Sus habilidades como cantante influyeron en la forma en que concebía y escribía la música vocal, y su enfoque en la expresividad vocal se convirtió en una marca distintiva de su estilo.

Portada de una composición de Barbara Strozzi: _Placeres de Euterpe_: cantatas y arietas para voz solista, séptima ópera.
Placeres de Euterpe: cantatas y arietas para voz solista, séptima ópera, compuesta por Barbara Strozzi. Library of Congress

Además de su habilidad técnica, Barbara Strozzi también destacó por su capacidad para fusionar elementos de la tradición musical italiana con su propia originalidad. Sus composiciones eran innovadoras y reflejaban la influencia de compositores contemporáneos, al tiempo que mantenían una identidad única: fue capaz de capturar la esencia del periodo barroco mientras dejaba su propia marca en el paisaje musical de la época.

Abriendo caminos

A pesar de su valía, hubo de enfrentar numerosas dificultades inherentes a su condición de mujer en el siglo XVII. Como se recoge en Mujeres músicas. Dificultades, avances y metas a alcanzar en el siglo XXI, las restricciones de género han impuesto en cada época diferentes barreras significativas en el acceso a la educación musical, la participación en el ámbito profesional y la publicación.

Uno de los aspectos más notables de la contribución de Barbara Strozzi fue, sin duda, su capacidad para forjar un camino en un mundo musical dominado por hombres.

También hubo de superar el estigma femenino del mundo artístico, puesto que entonces se tendía a vincular la creatividad artística con la masculinidad. Esto generaba desconfianza y escepticismo hacia las mujeres que se destacaban en campos como la música. Al desafiar estas expectativas, Strozzi se enfrentó a críticas y prejuicios por parte de quienes no quisieron aceptar que una mujer pudiera tener un impacto significativo en el ámbito artístico público. Era en la esfera privada donde se esperaba socialmente que las mujeres se desarrollaran, algo que Barbara Strozzi nunca estuvo dispuesta a asumir.

De hecho, a diferencia de muchas mujeres de su tiempo y gracias a su habilidad y determinación, logró publicar ocho colecciones de música. Esto consolidó su prominencia, dado que sus composiciones eran innovadoras y expresivas. Gracias a estas publicaciones se garantizó que en la actualidad podamos conocer su estilo musical y escuchar su personalísima y original obra, tanto por los textos y temas como por la música.

Una figura de referencia

Además de su carrera musical, Barbara Strozzi fue conocida por su belleza y por ser la musa de varios poetas y artistas de la época. Esta dualidad entre su talento musical y su atracción personal contribuyó a su singularidad. Su vida y obra inspiraron a generaciones posteriores, abriendo puertas y allanando el camino para que las mujeres destacaran en un campo históricamente dominado por hombres.

En la actualidad, y más cumplido su cuarto centenario, no resulta extraño ver programadas obras de Barbara Strozzi en conciertos de música antigua. En 2019, cuando se cumplían 400 años de su nacimiento, la escritora Mar Busquets-Mataix publicó la novela La voz y el agua, en la que se destacan su valía musical como cantante y compositora, pero también su valentía y el carácter visionario de su figura.

No cabe duda de que Barbara Strozzi ha dejado una marca indeleble en la historia musical del barroco.

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