La guerra en Ucrania resalta la interdependencia y la vulnerabilidad de las cadenas de suministro alimentario. La escasez de aceites puede afectar a nuestras cocinas y a cuestiones geopolíticas.
Garantizar la transparencia y la rendición de cuentas en la gestión de la ayuda internacional es esencial para asegurar que los recursos lleguen a donde más se necesitan y para mantener la confianza de los ciudadanos.
La invasión rusa a Ucrania hizo que algunas empresas suspendiesen voluntariamente
sus actividades en Rusia. Esto le ha generado tanto impacto económico como el provocado por las sanciones.
Ante la actual situación de destrucción del patrimonio cultural en los conflictos bélicos, tenemos que plantearnos por qué no se cumple lo firmado en el Convenio de La Haya, que cumple 70 años.
El periodismo de guerra enfrenta una metamorfosis en la era digital. Una investigación destaca un cambio hacia la producción centralizada desde redacciones, cuestionando el papel tradicional del corresponsal.
Existen pocas investigaciones acerca del impacto de los conflictos bélicos sobre enfermedades crónicas no transmisibles como el cáncer, la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, la enfermedad renal y la salud mental.
Suecia se ha convertido en en el trigésimo segundo miembro de la OTAN, marcando el fin de su histórica neutralidad tras la agresión rusa en Ucrania. Su adhesión fortalece el flanco norte de la OTAN y refleja un cambio en la postura de seguridad del país.
El conflicto en Ucrania desafía las predicciones iniciales y adquiere dimensiones globales. La implicación de Irán y Corea del Norte amplía el número de actores.
Rusia no renuncia a sus planes expansionistas. Se han detectado varias operaciones rusas en diferentes países de Europa y la inteligencia alemana anticipa un posible conflicto en 2025 con revueltas políticas y ciberataques rusos.
Con más de seis millones de refugiados en Europa y unos 10.000 muertos ucranianos hasta la fecha, el conflicto entre Rusia y Ucrania no parece que vaya a finalizar pronto, a pesar de lo que muchos pronosticaron.
La guerra de Ucrania ha obligado a los países a priorizar la seguridad y el abastecimiento de energía, restando protagonismo a la lucha contra el cambio climático y los objetivos de desarrollo sostenible.
El empleo bélico de armas químicas por parte de Rusia, sobre todo los novichoks, parece improbable, aunque no hay que descartar la preocupación real por este tipo de amenaza, que pondría en riesgo la seguridad de la UE.
Aunque la cumbre de la OTAN en Lituania se considera de transición, se han tocado temas que son de vital trascendencia internacional y que han colocado a la organización en el punto de mira mundial.
Mientras sigan funcionando las centrales nucleares, seremos vulnerables no sólo a accidentes graves, sino también a la militarización de estas instalaciones como está sucediendo en Ucrania.
Los signos de descontento entre los nacionalistas rusos y el Grupo Wagner habían ido creciendo antes de que la columna de paramilitares iniciara una marcha abortada sobre Moscú.
Profesor de Historia Contemporánea - Universidad de Vigo, coordinador del programa de máster en Seguridad, Paz y Conflictos Internacionales de la Universidad de Santiago de Compostela y el Instituto Español de Estudios Estratégicos, Universidade de Vigo