La movilización de los científicos y de los grupos ecologistas y conservacionistas ha sido clave para aprobar esta ley que beneficia a las personas y la naturaleza y que enfrentará los principales retos ambientales de Europa y el mundo.
Imagen de satélite que muestra la falta de agua en las lagunas de Doñana.
Sentinel 2
Un reciente estudio revela que el 59 % de las lagunas de Doñana no se inundan desde, al menos, el año 2013. Muchas cubetas están ya cubiertas por matorrales o árboles. Las extracciones de agua del acuífero son uno de los motivos principales.
Las orillas de zonas húmedas y encharcadas suelen estar colonizadas por vegetación emergente que va siendo paulatinamente desplazada por vegetación flotante y sumergida conforme la lámina de agua va alcanzando una mayor profundidad.
Lars L. Iversen
La contaminación por vertidos urbanos y agrícolas, la construcción de presas y las sequías amenazan la supervivencia de las plantas acuáticas, fundamentales para la vida en ríos, lagos y humedales.
Terreno inundado en el Parque Nacional de Doñana (Andalucía, España).
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La alta actividad biológica de los humedales los convierte en uno de los ecosistemas que más pueden contribuir al secuestro de carbono, pero también a emitirlo cuando su salud se degrada.
El Palmar, en la Albufera de Valencia (España). Los pesticidas empleados en los campos de arroz afectan a los ecosistemas acuáticos.
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Varios estudios muestran que los plaguicidas, como los empleados en los campos de arroz de la Albufera valenciana, provocan graves efectos en peces, aves e invertebrados, y que el calentamiento global puede incrementar su toxicidad.