Tanto la la OMS como otras organizaciones internacionales reconocen el potencial de la IA en la mejora de los resultados sanitarios. Sin embargo, esta podría tener acceso a información personal sensible, por lo que se requieren marcos jurídicos y regulatorios que salvaguarden la privacidad.
La escasa regulación de las actividades económicas de las grandes corporaciones tecnológicas sigue jugando a su favor. Sin embargo, parece que cada vez hay más gobiernos que empiezan a defender los derechos individuales de sus ciudadanos.
Muchos adultos desconocen qué normas hay o qué deben tener en cuenta cuando los más pequeños utilizan móviles y tabletas. Además, no todos los desarrolladores las cumplen.