Francisco Franco durante una competición de regatas en la bahía de la Concha en San Sebastián, evento también retransmitido en el NO-DO 1028A.
Fondo Marín-Kutxa Fototeka
Durante décadas los españoles que iban al cine tenían que ver antes de las películas un noticiario creado como instrumento de propaganda del franquismo: el NO-DO.
Ciudadanos ante la cartelera del cine Avenida de Burgos en 1938, tras la conquista de la ciudad por el bando franquista.
BNE
Israel y Hamás buscan vender su relato al mundo y ganar adeptos para la causa.
Bombardeo del Palacio de la Moneda durante el golpe de Estado en Chile el 11 septiembre de 1973.
Biblioteca del Congreso Nacional de Chile / Wikimedia Commons
Los últimos movimientos de programación en algunas cadenas de televisión generalista hacen sospechar que no solo se deben a razones estratégicas sino también políticas.
Conferencia de Somerset House, de Juan Pantoja de la Cruz. Conversaciones diplomáticas hispano-inglesas que resultaron en la firma del tratado de Londres de 1604, por el que se puso fin a la guerra entre ambos países. A la derecha la delegación inglesa: Thomas Sackville (junto a la ventana), Charles Howard, Charles Blount, Henry Howard y Robert Cecil. A la izquierda la delegación hispano-flamenca: Juan de Velasco (junto a la ventana), Juan de Tassis y Acuña, Alessandro Robido, Charles de Ligne, Jean Richardot y Louis Verekyn.
Museo Marítimo Nacional
El mundo de la política está ahora nervioso por el impacto de los nuevos medios de comunicación y la falta de regulación sobre ellos. Pero ¿qué ocurrió cuando apareció el cine?
La manipulación política y las técnicas de propaganda desempeñan un papel muy importante en la percepción de la guerra en Ucrania entre la sociedad rusa.
La autora muestra cómo varias organizaciones rusas de investigación sobre opinión pública sesgan los resultados de sus encuestas sobre la invasión a Ucrania. Diferentes estrategias pueden hacer que los ciudadanos respondan de una manera u otra.
La banalización de los discursos que ignoran impunemente la realidad debería alertarnos.
AFP
Cuando llamamos verdad a algo que no se apoya en la realidad, perdemos la posibilidad del diálogo. La verdad es la base del contrato social y la confianza de un pueblo en sus dirigentes.
Unidad móvil de Russia Today en la Plaza del Manège de Moscú.
Shutterstock / fifg
La información en medios y redes sociales es un arma más en la guerra desatada en Ucrania con la invasión rusa. Por primera vez, la UE y las compañías tecnológicas han intervenido bloqueando medios rusos.
TikTok adquiere una gran relevancia como red social utilizada por los civiles ucranianos para contar el ataque ruso, pero también por los diferentes actores que intervienen en el conflicto.
Revisar los acuerdos de Minsk II en estos momentos es clave para que los países en conflicto empiecen a hacer algunas concesiones. Es muy importante que la propaganda no gane a la diplomacia en estos momentos.
No solo de crisis vive la filosofía. La realidad muchas veces plantea retos que exigen ampararse en el pensamiento crítico para lograr entenderlos. Las lecturas filosóficas de este 2021 en The Conversation así lo indican.
La mercantilización de la información genera la sobreinformación y ya resulta imposible distinguir la frontera entre realidad y propaganda, hechos factuales y manipulación de la realidad.
La jerarquía nazi: Hitler, Goering, Goebbels (en el centro) y Hess.
National Archives and Records Administration/Wikimedia Commons
¿Hay algún aire de familia entre los principios propagandísticos enunciados por Goebbels y las directrices de la infodemia que nos asola? De ser así ¿no convendría tomar nota y desintoxicar internet?
La homosexualidad se despenalizó en China en 1997 y dejó de considerarse como una enfermedad desde 2001, pero permanece como un tema tabú. Las nuevas series románticas que encandilan a un público internacional con temas “inmorales”, a juicio de las autoridades, también están sometidas a la censura.
Fascistas británicos repartiendo propaganda en el West End de Londres con motivo de una huelga general en los años 30.
Shutterstock / Everett Collection
Al igual que en el periodo de entreguerras, la incertidumbre y la inestabilidad hacen a la sociedad actual especialmente vulnerable a la manipulación. La desinformación se aprovecha de nuestra indefensión.
Antenas parabólicas sobre los azoteas de Fez, Marruecos.
wayfarer2020 / Shutterstock
El confinamiento por COVID-19 ha disparado las audiencias de los culebrones de las televisiones de los países árabes. Muchos de estas series son una vía de transmisión de propaganda política indirecta y subliminal.
No veremos a los moderadores de los debates confrontar a los políticos con sus propios datos erróneos. Un hecho que haría que los que participan en los debates empezaran a respetar su compromiso con la confianza de los votantes.