Las baterías de estado sólido son una tecnología clave para fabricar vehículos eléctricos de mayor autonomía, que resuelve además problemas de seguridad y coste, pero su implantación podría tardar décadas.
Erlantz Lizundia, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Los residuos derivados de las baterías convencionales son altamente tóxicos en el medio ambiente. Un equipo de investigadores han fabricado una batería con materiales compostables.
Las baterías se van desgastando con el uso y cada vez duran menos. Es difícil predecir cuál será su vida útil, ya que depende de muchos factores, pero se están desarrollando modelos digitales para estimarlo con mayor precisión.
El aumento de las energías renovables requiere materias primas críticas como el coltán, algunas tierras raras y el litio, cuya extracción debe hacerse garantizando la preservación de la naturaleza, y no en países sin controles ambientales.
Se están desarrollando nanotecnologías de autorreparación y materiales para reducir la degradación que provoca la carga y descarga. En el futuro tendremos baterías más duraderas.
La crisis del oro blanco (litio) pone en riesgo las baterías de los coches y los tratamientos contra el trastorno bipolar. En España contamos con importantes yacimientos de litio sin explotar.
Si queremos alcanzar una movilidad eficiente y sostenible, debemos desarrollar procesos de reutilización y reciclado de baterías para evitar la creciente acumulación de residuos tecnológicos.
La comunidad científica busca sistemas electroquímicos que empleen elementos alternativos al litio como el sodio, el potasio, el magnesio, el calcio, el aluminio y el zinc.
Las baterías de plomo, utilizadas en los primeros coches eléctricos, son demasiado pesadas: la ligereza del combustible derivado del petróleo lo convirtió en la opción prioritaria durante el siglo XX.
Los vehículos impulsados por energías más limpias sustituirán a los actuales, pero sus componentes también deben ser reutilizados si queremos que sean sostenibles.
A día de hoy, desde el sector de las renovables se ve a las baterías de litio como la solución para su principal problema: la gestión de la energía generada.
Profesor del Departamento de Ingeniería Eléctrica, Electrónica y de Comunicación e investigador en el Instituto de Smart Cities (ISC), Universidad Pública de Navarra