El clima y las variaciones del nivel del mar han moldeado el delta del Ebro durante millones de años, pero la acción del hombre pone ahora en riesgo su supervivencia.
Las enormes olas ocasionadas por el temporal a principios de año arrastraron la barra del trabucador, una estrecha playa que unía la punta sur del delta (la punta de la Banya) con el continente.
A raíz de los temporales de los últimos meses, comienza a cuestionarse si debemos seguir recuperando las zonas afectadas implementando medidas correctoras que no evitan nuevas catástrofes.
Los temporales actúan como desencadenantes o amplificadores de los impactos provocados por la actividad del hombre, generando graves daños económicos y medioambientales.