Si algo “entra en el examen”, automáticamente se le dedica más atención. La medida de penalizar por faltas puede ser positiva, pero exige enseñar y aprender a escribir bien desde primaria.
Termina el bachillerato (o la ESO si se opta por FP) y tenemos que tomar decisiones que marcarán nuestro futuro. Un equilibrio entre la reflexión personal y el apoyo de la familia puede hacerlo más fácil.
Aunque la distancia física y mental del mundo académico puede ser muy beneficiosa para tener una idea más clara de lo que se quiere hacer en el futuro, el año de descanso también tiene sus riesgos.
Cuanto más jóvenes somos, menos nos gusta leer instrucciones de cualquier tipo, incluidos los enunciados de exámenes. Una buena estrategia de lectura puede cambiarnos la vida.
Las notas medias para acceder a la universidad, obtenidas de la suma de Bachillerato y la EBAU, han ido ascendiendo. Pero las razones de esta subida no son tan positivas como cabría pensar.
La EvAU determina si podremos entrar en el grado deseado: pero la nota que saquemos también tiene una relación bastante directa con las probabilidades de abandonar los estudios.