Los autores de un reciente estudio utilizaron sensores ubicados en satélites para identificar los incendios “más extremos” de todo el mundo y observaron que son cada vez más intensos.
En junio de 2017 se produjo el primer incendio de sexta generación de la península ibérica en Pedrogão Grande (Portugal): ¿hemos aprendido algo desde entonces?
Las llamas vuelven a devorar millones de hectáreas en distintas zonas del planeta. Factores como la atmósfera desecante, las olas de calor y la simultaneidad de focos hacen imposible la extinción.
Australia está sufriendo una de sus peores temporadas de incendios forestales debido a una combinación de temperaturas elevadísimas y meses de severas sequías. El cambio climático tampoco es ajeno a la catástrofe.