Atreverse a emprender requiere conocer, desde la etapa universitaria, las posibilidades y los riesgos. La creación de una “cultura de emprendimiento” es posible a través de una serie de acciones.
Emprender es lo que toda la vida se llamó montar un negocio, generalmente de lo suyo: un buen albañil que crea una empresa de reformas, un excelente ebanista que abre su taller de restauración, un panadero…
Para que un emprendimiento resulte productivo, los emprendedores deben estar en un entorno del que reciban asistencia y asesoría, que les proporcione una red de contactos y les dé acceso a financiación, pública o privada.