Si ya es difícil hablar de la soledad en general, más complejo resulta hablar de la soledad femenina, ya que pocas mujeres escribieron sobre ello. Las visiones que conservamos son mayoritariamente testimonios masculinos.
Hacer el esfuerzo por recuperar figuras femeninas de la historia e incorporarlas al temario no es una ideologización de la educación sino la revisión necesaria de un canon sesgado.
Hace 200 años, Mary Shelley escribió la historia de un creador y su terrorífica obra: ‘Frankenstein’. Hoy en día el relato del moderno Prometeo se ha convertido en un mito universal.