Más de 50 000 especies viven exclusivamente bajo tierra, donde cumplen funciones clave para el planeta como la regulación del ciclo del carbono, la mitigación de gases de efecto invernadero y la provisión de agua dulce.
El 60% de los suelos en Europa están ya degradados. Urge implementar estrategias de recuperación para preservar su papel en el ciclo de nutrientes, secuestro de carbono, control de plagas o regulación del agua.
Hacer rentable la bioeconomía requerirá transitar hacia un uso del bosque mucho más intensivo y productivista que puede tener graves consecuencias para la degradación del suelo y la pérdida de su biodiversidad.
El lindano se empleó durante mucho tiempo para frenar el ataque de insectos a los cultivos, hasta que se detectaron sus efectos negativos en el medio ambiente y la salud humana y se prohibió su uso. Un nuevo compuesto permite eliminarlo del suelo.
Un análisis de 123 lugares repartidos por todos los continentes, incluida la Antártida, muestra que los musgos afectan a todas las funciones principales del suelo, imprescindibles para el sustento de la vida en la Tierra.
Los fertilizantes, los pesticidas, los monocultivos, la compactación y la erosión alteran negativamente el suelo. El pastoreo, la rotación de cultivos y la adición de materia orgánica fomentan su biodiversidad.
Regenerar un suelo que ha sufrido desertificación es lento y costoso. Los esfuerzos deben dirigirse a la prevención, de la que todos somos responsables.
Los fitosanitarios ayudaron a mejorar la producción agrícola, pero estas sustancias perjudiciales para la salud y el medio ambiente acaban en la tierra, donde pueden permanecer mucho tiempo, incluso después de que dejen de aplicarse.
Una serie de herramientas permiten predecir el riesgo de que ocurra un fenómeno climático extremo y las condiciones de humedad del suelo para planificar los cultivos y estimar pérdidas.
En el Día Mundial del Suelo, los autores explican su importancia como pilar de la vida y amortiguador del cambio climático y los últimos avances en la elaboración de normas para conservarlo.
El desarrollo del color es producto de los procesos de formación del suelo. Para conocer el verdadero color del suelo hay que profundizar, conocer un poco su historia y componentes y determinar el color concreto de cada uno de sus horizontes.
En el Día Mundial del Suelo, los autores advierten sobre los efectos negativos de la actividad humana en este recurso fundamental. Es posible medir estos daños con técnicas como las famosas PCR.
El uso inadecuado de los medios áridos, ecosistemas especialmente frágiles, produce una degradación ambiental que se conoce con el nombre de desertificación.
Los suelos y los ecosistemas terrestres siempre han sido ignorados en la contaminación por microplásticos, a pesar de ser la principal fuente de microplásticos en los océanos.