Los viajes transoceánicos de larga distancia, formaban parte de la vida cotidiana del siglo XVI y se encuadraban en un contexto social dominado por una nueva cultura empírica a gran escala.
La mala calidad de los alimentos, los mareos, las heridas mal curadas y los numerosos contagios convertían la vida a bordo de navíos del siglo XVI en un auténtico desafío.
El viaje Magallanes y Elcano sirvió de base y guía para una tradición de circunnavegadores que van desde Francis Drake a los satélites que orbitan alrededor de nuestro planeta en la actualidad.